jueves, 27 de noviembre de 2008

Algunos datos "familiares"

• Cada vez hay más mujeres que trabajan fuera de la casa y más hombres que se involucran en tareas del hogar.
• La gente no se casa tan joven como antes.
• Si bien parece estabilizarse la cifra, aproximadamente cada dos casamientos hay un divorcio.
• La duración promedio del matrimonio para divorciarse bajó a la mitad últimamente.
• Una de cada cinco parejas en Capital convivía sin casarse, según el censo de 2001.
• Más del 80% de los que reinciden en formar pareja lo hacen informalmente.
• En 1936 las mujeres con un solo hijo al concluir su vida reproductiva representaban el 14% del total. En 2005 representaban el 25%.
• Casi llega a un tercio del total la gente que vive sola.
• Hay más mujeres que hombres viviendo solas.
• Una de cada diez familias estaba hasta hace un par de años constituida por un solo cónyuge.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Mi vieja. Pappo Napolitano

Mi mama todas las mañanas con el café me viene a despertar, me trae el desayuno a la cama[no existe nadie como tu mama]
Mi vieja es una jubilada, toda su vida laburó sin parar [toda su vida][toda su vida laburó sin parar]
Nadie se atreva, a tocar a mi vieja porque mi vieja,es lo mas grande que hay.
Mi vieja se queja y se queja que cojones, tiene mama, no lo ves? ella se queja porque ya esta harta de que le afanen una y otra vez de que le afanen una vez por mes.
Un miércoles de miércoles la policía la quiso arrestar por reclamar lo que le corresponde, me vuelvo loco los quiero matar! tranquilamente, y los quiero matar!
[Nadie se atreva,a tocar a mi vieja porque mi vieja,es lo mas grande que hay]

Sagrada Familia. Francisco de Goya


La Sagrada Familia ha tenido innumerables tratamientos por el arte y ha sido instalada de manera ejemplar. Tiene la particularidad de un padre de afecto en su estructura, ateniéndonos al relato del Nuevo Testamento. En la obra de Goya no solo aparecen las "Tres generaciones", familia extensa venerada, sino también el Verdadero Padre.

Familia humana

Uno de los temas sociales considerados influyentes en la propensión al consumo de las sustancias llamadas “psicoactivas” es la “desintegración familiar”. La cuestión es que tipo de estructura familiar es la que se considera desintegrada. A lo largo de la evolución de la sociedad se han encontrado múltiples tipos de estructura familiar. Aún hoy existe una multiplicidad de formas de grupos “familiares”. Lo que se desintegra es un proyecto de vida, se establece un fracaso de acuerdo a expectativas fundadas en ese proyecto, en ese esquema de familia. Obviamente no sabemos si al establecer ese proyecto se conocen o plantean alternativas y se elige alguna de ellas. Muchos inician la etapa de compartir la vida con otra persona ensayando de manera informal la convivencia y luego deciden profundizar la relación y “formalizarla” cada vez más. Otros puede que solo reconozcan una sola forma de familia, la occidental, “nuclear”, religiosa y/o civil y, seguramente la repercusión del fracaso podría llegar a ser mayor. No estaría mal reconocer que, como otras instituciones, la familia es una construcción social y que ha tenido y tiene formas cambiantes. Es decir, se puede construir, destruir y re-construir (crear y re-crear) y, si a esto le asociamos la cada vez mayor aceptación del concepto oriental de crisis como oportunidad, el “fracaso” podría enfocarse de otra manera. Tal vez, ni tan dolorosa ni tan perjudicial para los miembros de aquella familia que se “desintegra”, con menos necesidad de “amortiguar” la desazón con sustancias o tomarse revancha de peor manera.

Familia natural


Hay familias naturales que tienen forma propia y duran lo necesario. A algunas los humanos las hacemos durar menos de lo que su naturaleza seguramente les tiene reservado. Tienen pocas opciones frente a la depredación, ignoran los riesgos que corren, no están en condiciones de evitarlos.

El reflejo de un fracaso. Juan del Sur

Casi no queda nada ya, aunque lo principal sigue dando vueltas en mi cabeza. Levantarme, desayunar, viajar hasta llegar. Trabajar. Papeles y más papeles. Atiendo a uno y otro, van y vienen como fantasmas inocentes, gente incorpórea, sin un significado, a no ser el de cumplirles. Que rutina, que hastío, que cansancio ¿Por qué no salir, escapar, buscar lo diferente, desafiante, un nuevo reto? Hacer la mía, si otros pueden, por que yo no podría? El retiro y la aventura, otro esfuerzo, todo nuevo, al principio la alegría. Con el tiempo, la amargura, el fracaso, desventura. Discusiones, agresiones, la ruptura. Sin los hijos, sin familia, solo en esta mesa, y el reflejo de un candil sobre mi copa. La punta de un cuchillo que penetra en carne viva y me devora. Otra rutina…. esta vez, demoledora!

martes, 18 de noviembre de 2008

Alerta...


Los adolescentes sobrevaloran los riesgos que pueden correr, pero no se asustan fácilmente. Creen que los beneficios por correrlos valen la pena. Por eso, hablarle de los riesgos reales puede ser contraproducente. Lo mejor es estar atentos, para apoyarlos, alentarlos o corregirlos, en el momento oportuno.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Esos locos bajitos. Joan Manuel Serrat

A menudo los hijos se nos parecen, y así nos dan la primera satisfacción; esos que se mecen con nuestros gestos, echando mano a cuanto hay a su alrededor.

Esos locos bajitos que se incorporan, con los ojos abiertos de par en par, sin respeto al horario y a las costumbres y a los que, por su bien (dicen) que hay que domesticar.

Niño, deja ya de joder con la pelota.
Niño, que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca.

Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma, con nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma y que les bastan nuestros cuentos para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas, sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción.

Nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj. Que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y un día, nos digan adiós.

Pasa seguido, más de lo pensado

Jóvenes demasiado solos. Por Gustavo F. Iaies. Para La Nación. Viernes 22 de febrero de 2008.

Tres chicos de 16, 19 y 22 años murieron y dos fueron heridos en 9 de Julio, jugando a la ruleta rusa en moto. En esa ciudad hubo 14 muertos por accidentes similares en 2007. El jueves por la tarde, Fabián (22) le pidió la moto a la mamá y no se la prestó; pero el padre, sí, contó el amigo de otro. Todos sabían lo que ocurría y que eso derivaría en un accidente, pero nadie logró detenerlos. Los chicos decidieron jugar a la muerte y los adultos no pudieron cuidarlos.

El sábado, en Pinamar, dos bandas de jóvenes alcoholizados se trenzaron en una pelea y cuando la policía llegó para detenerlos decidieron unirse para pelear contra ella. Hubo varios agentes heridos.

Más allá del enojo y la impotencia, la primera conclusión que surge de estos y otros casos ocurridos en los últimos días es que hemos perdido la capacidad de cuidar a los chicos. Cuidarlos de ellos mismos, de otros chicos, de las adicciones, de los riesgos de la sociedad… Se quedaron solos. Tienen la libertad máxima que podemos darles: la de jugar con la muerte. ¿No nos habremos pasado? ¿No habremos creído que la libertad es un valor supremo exclusivo, dejando afuera la salud, la seguridad, el respeto, el orden? ¿No tendremos que buscar un equilibrio de valores más cercanos a la felicidad?

Jaime Barylko hablaba del miedo a los hijos, y parece que eso es lo que sentimos. Pasamos de unos chicos sometidos a unos adultos sometidos, y ni uno ni el otro son buenos modelos. Pero en éste los chicos están más expuestos.¿Cuál es nuestro miedo? ¿Que dejen de querernos, que se vayan, que sufran? ¿Es algunas de esas cosas peor que lo que sucedió? ¿O será que estamos tan concentrados en “nuestras cosas” que nos cuesta dedicarle tiempo a la tarea de reconstituirnos como adultos, como padres, como vecinos, como maestros, como autoridades?

Efectivamente, es una tarea difícil, continua, exigente y con resultados que se ven en el mediano plazo. Y resulta complejo realizarla de modo individual. Requiere pactos de confianza de los padres con la policía y el intendente, de los maestros con los padres, de los adultos entre sí. Es muy difícil si no confiamos en nadie. Los chicos están solos. Los adultos no están en condiciones de frenarlos, de cuidarlos, de protegerlos, de contenerlos… ¿Acaso ésa es la razón por la que han decidido poner a prueba el límite de la muerte? El autor es presidente de la Fundación Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP).

Consumismo. Sara Ruiz Sanz

Correr...sin saber porqué

ACELERADOS

-¿Qué pasa ahí adelante? Porque no se mueven!!- Al fin…Ahora sí. Estoy metido en este caos, sin darme cuenta porqué.
-Adonde vas, animal!- Los micros se vuelven dueños de la calle. Acá se revierten los códigos. Es la selva!
¿Cómo pudo pasar?
-¡Otro semáforo!- No voy a llegar nunca, me pregunto cual es la finalidad de poner luces en todas las esquinas. Aquí no pasa nadie, me mandaría con el rojo!
¿Habrá llegado Marcela?, o estará en un embrollo similar.
-¡Correte!, ¿estás paseando? ¡Por que no te vas a... lavar los platos?-
Y ahora ¿Qué pasa? ¿Que carajo reclaman? Dios, todo hoy tiene que pasar.
Que hicimos mal? No puede ser, tan así, de golpe.
Por fin pasaron; ahora que me esperará?
Trabajar de la mañana a la noche, los dos, para que tenga todo. ¿Qué más hacía falta? Le allanamos el camino, pensando en dejarle algo mejor que lo que encontramos.
-¡Mierda!- Semejante camión, que hace por acá? Que frenada, tengo que levantar el pié. Me tengo que concentrar en el tránsito si quiero llegar bien. Estoy cerca, ¿habrá llegado Marcela? No me llamó. ¿Estará tan desorientada como yo? Ella también se mató trabajando el día entero, cada semana, cada mes, cada año. ¡Qué sociedad formamos! Tirando siempre juntos para el mismo lado. No lo habrá entendido? Si lo hemos hablado tantas veces.
Tengo que frenar ¡Qué hace éste tirando de un carrito en un autódromo!
-¡Vas a morir aplastado! -
Ya llego, a ver donde estaciono. ¿Habrá lugar adentro? Yo me mando, si. Ahí está Marcela, ¿sabrá algo ya? Quienes son esos dos. ¿Serán de la escuela?
-Hola! Sabés algo... como fue?, que pasó?
-Ellos te van a contar. Son del equipo escolar. Parece que fueron varios.
-Hola….si, son varios compañeros, antes de entrar se juntaban en la esquina, tomaban alguna cerveza. Llamamos a varias reuniones por el tema, pero, vió? Muchos padres no venían, por sus ocupaciones. El caso es que hoy le sumaron algunas pastillas, según contaron algunos del grupo. A Oscar, le cayó muy mal.
-Ahí viene el médico de guardia!
-Como está?
-Es un coma por la ingesta de una mezcla de tranquilizantes y alcohol. Confiamos en que pueda salir. Entró mal, pero se restauraron los signos vitales. Le hicimos el tratamiento de rutina y reaccionó bien. Hay que esperar...