Nadie puede pintar la dimensión normativa de nuestra cultura de manera tan brillante como Enrique Santos Discépolo lo hiciera en “Cambalache”.
Sin embargo, como el Siglo veintiuno pinta peor que el veinte y trato de darle un sesgo sociológico a la comprensión del tema, vale la pena discurrir sobre el mismo.
La trasgresión parece haberse enraizado en nuestra sociedad y los protagonistas son argentinos, como usted y yo, nacieron en esta tierra y adquirieron su cultura, como usted y yo.
Y…si vamos a la definición de habitus, cada uno en su medida aprende, internaliza y hace “naturales” disposiciones que originan ciertas conductas habituales en su sociedad.
¿Qué aprende alguien que nace en una cultura donde se viola asiduamente desde el Código de tránsito hasta la Constitución? ¿Qué conductas se vuelven “naturales”?
No hace falta aclaración alguna.
Las consecuencias están a la vista: en las últimas décadas hubo un crecimiento exorbitante de la pobreza, el desempleo, el narcotráfico, el consumo de drogas, la inseguridad, el juego, la corrupción, el dengue, etc.
En concomitancia, un decadencia de la educación, la salud pública, la solidaridad social, los servicios estatales, etc.
¿A quien le conviene mantener este “habitus” tan extendido entre las personas? ¿A costa de que sectores sociales?
martes, 14 de abril de 2009
Cambalache. Enrique Santos Discépolo
Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé...
(¡En el quinientos seis y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y doblez...
Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente, ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos...
¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!... ¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, ¡da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stravinsky va Don Bosco y "La Mignón", Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefón...
¡Siglo veinte, cambalache problemático y febril!...
El que no llora no mama y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno nos vamo a encontrar! ¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley...
(¡En el quinientos seis y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y doblez...
Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente, ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos...
¡Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor!... ¡Ignorante, sabio o chorro, generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro que un gran profesor!
No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, ¡da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto, qué atropello a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stravinsky va Don Bosco y "La Mignón", Don Chicho y Napoleón, Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida, y herida por un sable sin remaches ves llorar la Biblia contra un calefón...
¡Siglo veinte, cambalache problemático y febril!...
El que no llora no mama y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno nos vamo a encontrar! ¡No pienses más, sentate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de los otros, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley...
"Habitus".
Pierre Bourdieu. Sociólogo (1930 – 2002)
“Los condicionamientos asociados a una clase particular de condiciones de existencia producen habitus, sistemas de disposiciones duraderas y trasponibles” que funcionan como “principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su objetivo sin suponer el punto de mira consciente de fines y el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlas, objetivamente “reguladas” y “regulares” sin ser para nada el producto de obediencia a reglas, y, siendo todo eso, colectivamente orquestadas sin ser el producto de la acción organizadora de un director de orquesta”.
“Los condicionamientos asociados a una clase particular de condiciones de existencia producen habitus, sistemas de disposiciones duraderas y trasponibles” que funcionan como “principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas a su objetivo sin suponer el punto de mira consciente de fines y el dominio expreso de las operaciones necesarias para alcanzarlas, objetivamente “reguladas” y “regulares” sin ser para nada el producto de obediencia a reglas, y, siendo todo eso, colectivamente orquestadas sin ser el producto de la acción organizadora de un director de orquesta”.
miércoles, 11 de marzo de 2009
Llamado a la solidaridad
El sociólogo francés Emile Durkheim (1858 – 1917) elaboró los conceptos de "Solidaridad mecánica" y "Solidaridad orgánica" para diferenciar la forma de las relaciones sociales o la “cohesión” entre individuos que existía en la época de la sociedad agrícola y la de la nueva sociedad industrial. En la primera el peso de la Religión como institución social llegaba a todos los miembros de la sociedad. La “estructura social”, las normas y su cumplimiento no tenían demasiados grados de libertad. La adhesión a la escala de valores impuesta por la Religión, cualquiera fuera, era casi absoluta. El advenimiento de la sociedad industrial, precedido por la reforma protestante en la Religión católica trajo aparejada la necesidad de otro tipo de unión entre individuos. La solidaridad orgánica resultaba de la función que cumplían los distintos “órganos” sociales que contribuían al conjunto que necesitaba de ellos. El derecho aparecía como la expresión de esa nueva sociedad en la que la Religión perdía peso y las normas eran racionales y controladas por un sistema abocado a ese fin. La participación en la producción cumplía un rol esencial, integraba a través del aporte de la organización en la que se participaba. La “explosión” del sistema industrial tradicional por el desarrollo tecnológico trajo aparejada la desocupación y la des – integración social. ¿Cuál es el tipo de solidaridad en la sociedad post – industrial? Parece que ninguno. No hay empleo suficiente para establecer un mínimo de integración social. El sistema de derecho, al menos en nuestro país, no parece funcionar de la mejor manera para “integrar” en la “sociedad” a tanto debilitado, pauperizado, desintegrado, marginado, o excluido. Prima el individualismo. ¿Habrá llegado la hora de acordar acerca de lo valioso para salir a defenderlo? El primer valor, la vida, perdió su posición en una sociedad donde los desesperanzados no le asignan valor a la vida de los otros, porque ellos no tienen vida. ¿Será el tiempo de olvidar competencias y rivalidades para reponer en su lugar valores esenciales? ¿“No nos une el amor, sino el espanto”?
La dictadura de las máquinas. Presto Vivace
La humanidad no puede vivir sin ideales
Y estos son, tienen que ser
Los que vuelvan a considerar,
Al hombre como fin, no como un medio.
Hay tiempos de la humanidad,
En que el progreso es reaccionario
Y la reacción es progresista,
Por eso hay que tener cuidado con
¨la dictadura de las máquinas¨.
Juan, ahora eres john,
Un ántropo ciber conectado
Al banco de datos de la pc boreal.
Vivís en perfecta comunicación
Con tu trágica soledad,
Reduciendo los fenómenos
A la mera cantidad.
Amás esa especie de disney
Con dimensiones de todo un país,
Donde el ocaso de lo real
Ocurre en tu medio ideal.
Donde apenas te humanizás
El sistema te descarta.
Solo estás atento a ti mismo
Seducido por el juego de las apariencias,
Sin convicciones solidarias.
Solitario no, solidario sí.
Cambiá la ¨t¨ por la ¨d¨.
Renunciá a vivir en la sociedad del simulacro,
Donde nos vestimos de gestos
Pero nos vaciamos de actos-
Tus elecciones, ya han sido seleccionadas
Y el ocaso de tu voluntad llegó,
Te han convertido en un triste objeto.
(dos objetos no pueden entrar en comunión
Y mucho menos por medio de otro objeto
Como el computador)
Natura está para ser explotada
Y el cuerpo mismo del hombre
Por a ella pertenecer,
Terminó siendo un objeto más.
John, volvé a ser ese juan
No sustituyas la austeridad
Por esa cultura tecno-hedonista.
Tus testa desborealizá
No seas un objeto más
De ¨la dictadura de las máquinas¨.
No huyas de la política en la técnica.
Solitario no, solidario, sí.
Cambiá la ¨t¨ por la ¨d¨,...
Debés abandonar la idea
De que los instrumentos son todo,
Asumir un sentido simbiótico y fraterno
Entre toda la humanidad,
Como seres indivisibles.
Cambiá la ¨t¨ por la ¨d¨,...
Y estos son, tienen que ser
Los que vuelvan a considerar,
Al hombre como fin, no como un medio.
Hay tiempos de la humanidad,
En que el progreso es reaccionario
Y la reacción es progresista,
Por eso hay que tener cuidado con
¨la dictadura de las máquinas¨.
Juan, ahora eres john,
Un ántropo ciber conectado
Al banco de datos de la pc boreal.
Vivís en perfecta comunicación
Con tu trágica soledad,
Reduciendo los fenómenos
A la mera cantidad.
Amás esa especie de disney
Con dimensiones de todo un país,
Donde el ocaso de lo real
Ocurre en tu medio ideal.
Donde apenas te humanizás
El sistema te descarta.
Solo estás atento a ti mismo
Seducido por el juego de las apariencias,
Sin convicciones solidarias.
Solitario no, solidario sí.
Cambiá la ¨t¨ por la ¨d¨.
Renunciá a vivir en la sociedad del simulacro,
Donde nos vestimos de gestos
Pero nos vaciamos de actos-
Tus elecciones, ya han sido seleccionadas
Y el ocaso de tu voluntad llegó,
Te han convertido en un triste objeto.
(dos objetos no pueden entrar en comunión
Y mucho menos por medio de otro objeto
Como el computador)
Natura está para ser explotada
Y el cuerpo mismo del hombre
Por a ella pertenecer,
Terminó siendo un objeto más.
John, volvé a ser ese juan
No sustituyas la austeridad
Por esa cultura tecno-hedonista.
Tus testa desborealizá
No seas un objeto más
De ¨la dictadura de las máquinas¨.
No huyas de la política en la técnica.
Solitario no, solidario, sí.
Cambiá la ¨t¨ por la ¨d¨,...
Debés abandonar la idea
De que los instrumentos son todo,
Asumir un sentido simbiótico y fraterno
Entre toda la humanidad,
Como seres indivisibles.
Cambiá la ¨t¨ por la ¨d¨,...
La virgen de los sicarios. Fernando Vallejo
La virgen de los sicarios. Autor: Fernando Vallejo. Editorial Alfaguara. Colombia, 1994. Novela Semi-autobiográfica.
Extraído de Wikipedia Enciclopedia Libre.
La devoción que los sicarios de Medellín tienen por la Virgen, inspiró el título de la novela de Vallejo. La virgen de los sicarios es una novela semi autobiográfica del escritor colombiano Fernando Vallejo que fue posteriormente llevada al cine con el mismo título. El hecho de que la obra se refiera al tema de las drogas, las mafias y la violencia en la Medellín de los 90, hace que la misma sea objeto de estudio y análisis sobre las consecuencias que el narcotráfico ha tenido en la sociedad colombiana y latinoamericana. La virgen de los sicarios como película recibió el premio del Senado de Italia, fue galardonada en el Festival de Venecia de 2000 como la mejor película latinoamericana y fue honorada en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en ese mismo año.
Extraído de Wikipedia Enciclopedia Libre.
La devoción que los sicarios de Medellín tienen por la Virgen, inspiró el título de la novela de Vallejo. La virgen de los sicarios es una novela semi autobiográfica del escritor colombiano Fernando Vallejo que fue posteriormente llevada al cine con el mismo título. El hecho de que la obra se refiera al tema de las drogas, las mafias y la violencia en la Medellín de los 90, hace que la misma sea objeto de estudio y análisis sobre las consecuencias que el narcotráfico ha tenido en la sociedad colombiana y latinoamericana. La virgen de los sicarios como película recibió el premio del Senado de Italia, fue galardonada en el Festival de Venecia de 2000 como la mejor película latinoamericana y fue honorada en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en ese mismo año.
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